El vacío está tan lleno que me asusta.
Porque no sé de dónde sale tanto relleno,
tanta discrepancia, tanta masa inútil.

Describir, necesitamos siempre describir. Porque si no lo hacemos sentimos que lo que nos pasa no es real. Nos zambullimos en un mar de palabras, nadamos como desesperados en letras que nos tajan la piel, nos sacan un poco de nuestro ser. No paramos de buscar, lo que necesitamos decir, y nunca va a ser suficiente, siempre vamos a nadar, nadar vamos a. Sin embargo nuestros ojos no van a poder encontrar la descripción de lo que habita en nuestra mente, no la veremos jamás, ella nos domina, la sentimos arriba nuestro manejándonos como títeres.

Es mi mente la que me controla. Es mi mente la que me hace creer que ella me controla. Es mi mente la que me hace pensar que me hace creer que ella me controla. Es mi mente la que me hace escribir que me hace pensar que me hace creer que ella me controla.

Tengo esa obsesión con lo pasado, los recuerdos. Como si yo fuera una serie de acontecimientos que sucedieron en un tiempo. Como si él me definiera. Ayer fui, hoy soy, y mañana quizás no sea. Pero el ser no depende de las horas, las horas no son mi existencia. Mientras respire, vivo. Mientras viva, soy. Y mientras sea, muero.

Podría terminar todo en 10 segundos. Y ya nada cambiaría.

El dolor se iría de mi. Y yo ya no sería lo que odio.

Puedo dejar todo atrás.

Ya no más lágrimas en mi cara. Ya no más mentiras olvidadas.

Si doy el salto, podré volar.

¿Habrá alguien esperándome?

Mi soledad es el castigo más grande que me tocó.

¿Quién podrá besar mis labios fríos y sangrientos?

Por favor, rescatame.

Toda mi vida es una actuación, todo lo que ven es un disfraz.

Siempre es Halloween para mí.

Y reparto mis dulces envenenados para que no puedan descubrir lo que en verdad soy.

¿Hasta cuándo soportaré ésta guerra en mi interior?

¿Vale la pena tener moral y ética? ¿Sirve para algo? ¿Por qué pelear tanto por ser diferente? ¿Por qué no unirme a esa masa pegajosa que se revuelca por la tierra? ¿Reprimo mis deseos porque pienso que es lo correcto o porque quiero creerlo? ¿Qué creo realmente? ¿Puedo creer dos cosas simultáneamente y jamás poder decidirme por alguna? Al fin y al cabo mi incertidumbre es ser o vivir.

¿Me oxidaré como el metal bajo la lluvia? ¿Podrá alguien arreglarme después de vivir tanto tiempo bajo el agua? No me ahogo, pero no respiro. Ya no necesito el oxigeno. Tengo los ojos abiertos y no puedo ver. Mis oidos no pueden escuchar lo que me dicen, solo escuchan un tic-tac, que se acelera cada vez más. Un tic-tac que se burla de mí, que me pisa los talones y me hace tropezar. Quizás debería caer finalmente.